08 de marzo, 2013

Amnesia: The Dark Descent Soundtrack
Mikko Tarmia
2010
Banda sonora
Formato digital
www.amnesiagame.com

Amnesia: The Dark Descent Soundtrack

Todos sin excepción lo hemos vivido alguna vez. Esa sensación de agobio y de tensión en constante aumento ante las escalofriantes escenas de alguna película de terror, acompañadas y guiadas por desesperantes melodías que incluso nos ponen sobre aviso de algún acontecimiento, sin que ello signifique que nos vayamos a librar del susto. Podríamos decir más aun, la propia banda sonora será la verdadera culpable de provocarnos una mala taquicardia.

El género de terror, al menos en lo que a medios audiovisuales se refiere, es bastante esclavo de la habilidad del compositor para crear los sonidos y ambientes requeridos de modo que la experiencia sea satisfactoria y coherente con lo que estamos presenciando. En el cine, por ejemplo, este aspecto es muy importante, tanto que la calidad y el éxito de la cinta dependen en un alto porcentaje de este acompañamiento, el cual, por cierto, no todos los compositores saben acertar. A pesar de ser este un género aparentemente bastante efectista, se requiere cierta sensibilidad para introducirte en las situaciones descritas en la trama, haciendo que todo ese miedo sufrido por los protagonistas de la historia canalice hacia nosotros de forma directa. Si esto no es posible, irremediablemente, se acaba por completo con toda la experiencia.

Sin duda, una gran ventaja a favor de los creadores de terror, incluyendo compositores, es la naturaleza fácilmente sugestionable del ser humano; una faceta muy interesante para explorar, sobre todo en el área de los videojuegos, en los que estamos mucho más implicados en la trama que en cualquier otro medio, como la televisión o el cine. En este contexto, Amnesia: The Dark Descent juega a niveles extremos con esta sensación en su peculiar forma de entender la mecánica de un juego de este género. Somos nosotros los partícipes y encargados de tomar las decisiones, y como no, la condenada música se encargara de hacernos sufrir de lo lindo, como Cthulhu manda. Como suele ser habitual, la música estará al servicio de las más terroríficas situaciones, haciéndonos correr como locos por pasillos oscuros, asustándonos por extraños ruidos que cesan al detener nuestros pasos y, en definitiva, prolongando esos «malos momentos» —masoquismo, podríamos pensar— vividos durante nuestras horas de juego. El trabajo compuesto para Amnesia: The Dark Descent Soundtrack cumple con su cometido con creces.

No podemos negar que el la obra compuesta por el finlandés Mikko Tarmia es muy completa, aunque algo típica, todo hay que decirlo. No faltan temas de cuerda encargados de dar continuidad a la acción a la vez que elevar la tensión, acordes de piano —resulta increíble lo versátil de este instrumento si al género de terror hay que referirse— que nos introducen en una atmósfera cargada de intriga y misterio y coros encargados de humanizar la situación a la vez de acompañarnos en ciertos momentos de tensión. Pero no hay que extrañarse sis vemos al bueno de Mikko pasearse con soltura por estos oscuros pasillos tan solo a la luz de un triste candelabro. Sabe perfectamente lo que hace, no en vano es el compositor habitual de Frictional Games y por tanto, autor de la banda sonora de esa maravillosa saga que es Penumbra (2008). Podríamos decir que este «perturbado» compositor está curado de espanto.

Pero este género también tiene sus incovenientes en cuanto a la banda sonora se refiere, y bastante notorios muy a su pesar. El trabajo compuesto está tan ligado al juego, en este caso, que la escucha aislada se vuelve algo absurda y anodina. Los temas aparecen ante nosotros fuera de su medio natural, y como si de peces se trataran, acaban ahogándose al poco tiempo de reproducción. Tenemos ante nosotros un buen trabajo de acompañamiento para un juego de terror sobresaliente como es Amnesia: The Dark Descent Soundtrack, pero al igual que ocurre con innumerables trabajos que podemos encontrar para el género, es incapaz de atravesar los límites impuestos por él mismo, convirtiéndose en una más, algo que, por otro lado, quizás no le afecte más que al buen aficionado a las bandas sonoras.

Sí, es cierto, a pesar de tratarse de un trabajo muy convencional, la obra funciona, y a la perfección que es de lo que se trata. Acompaña y atemoriza cuando debe hacerlo, sin embargo, para los que siempre tenemos el oído a punto para discernir entre los ruidos extraños al fondo de un largo pasillo y algunas extrañas melodías, se echa en falta una obra más extensa y, sobre todo, más original. Ahora que lo pienso, creo que Tarmia no es el único curado de espanto.

Acerca de Locke


Eterno nostálgico, siempre a la búsqueda de nuevas sensaciones. Sígueme en Twitter... o quizás no.

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