28 de mayo, 2014

The Last Federation
Arcen Games
2014
Estrategia
Steam
www.store.steampowered.com/app/273070/
The Last Federation
The Last Federation

Sale otro título de Arcen Games, y presto aparece en el correo de esta casa. A servidor de ustedes le suele tocar viviseccionarlos como estratega oficial del equipo, si bien los resultados no suelen aparecer con la misma premura que la oferta. Y no es de extrañar; introducirse en una producción de Arcen es una tarea de peso, en tanto los citados devs no se caracterizan por hacer juegos precisamente livianos. Medio en coña medio en serio esbozaba en otros artículos la existencia del Sello Arcen™, y de nuevo toca sacar escuadra y el compás para cartografiar la evolución de los de North Carolina. Otro paso más en su carrera como estudio, cuyas huellas hablan de una deriva positiva aún sin deshacerse de vicios y guiños. Vive Zeus que toca otro paseo espacial, y puedo adelantar que hasta el momento éste ha sido entre todos el que más he disfrutado.

The Last Federation es un título de Gran Estrategia donde el poder económico, militar y científico son las claves para el equilibrio de un sistema solar que de inicio tiene los días contados. Encarnamos a los últimos supervivientes de una raza extinta, con la difícil misión de unificar las 8 razas supervivientes, o bien machacarlas hasta homogeneizarlas igualmente bajo la bandera de una gran federación. Y esto lo hacemos moviéndonos entre los muy distintos planetas del sistema, conspirando aquí y allá y, cómo no, combatiendo en intensas batallas por turnos. Salvo en esta fase de combate, cualquier movimiento del jugador se mide en una escala de años solares —como corresponde al género— y lo cierto es que el ritmo de juego está más que conseguido contando que en él se mezcla un batiburrillo que no se presta a la partidilla rápida: una buena parte de inspiración Faster Than Light, juegos de tablero de los de muchas horas por partida, tower defences e incluso con juegos de gestión típicos de navegador como el veterano Ogame.

La cantidad de contenido es absolutamente abrumadora (como ventaja y a veces como inconveniente) pero los creadores han puesto lo mejor de su parte para asistirnos mediante una buena serie de tutoriales. A ese respecto, no han conseguido pulir lo muy farragosos que resultan —una misión muy complicada, en honor a la verdad— si bien al menos pueden presumir de reducirlos al mínimo necesario. Porque queramos o no, la manita es necesaria. La cantidad de variables en juego y el flujo de la propia jugabilidad casi justifican cada intrusivo pantallazo, y en la propia escritura se nota que han puesto muchos esfuerzos en amenizar nuestra etapa de aprendizaje. Aunque sea metiendo ese humor con el que ya experimentaron en otros de sus juegos sesudos, que la verdad es que por aquí no cuela. Con respecto a la interfaz, no es entonces de extrañar que pueda convertirse en una pesadilla, si bien quejarme de esto podría equipararse a hacer lo propio por la cantidad de controles de un simulador de aviación. Son inherentes al género, y me callo porque ya está, ya pasó.

Como decíamos nuestra influencia depende de una serie de muy diversos factores, pero ya saben la poca capacidad de los seres humanos de resolver determinados conflictos sin la ayuda de las armas. A ese respecto The Last Federation funciona también de manera muy sólida, lanzándonos a multitudinarias batallas por turnos que podemos planificar y ejecutar como si de una coreografía se tratase. En comparación con la gestión, el combate atesora una cantidad sensiblemente menor de opciones, pero la interfaz se deja querer bastante más fuerte. En cada turno podemos modificar el balance de energía (hola, Faster Than Light) y derivar recursos a Escudos, Movimiento o Armas. En esas que vamos esquivando y haciendo diana en verdaderas nubes de enemigos, teniendo cuidado en los cálculos de la ruta y usando la puntería manual o automática. Sin olvidar las habilidades eseaciales, que nos obligan a saltarnos la fase de movimiento y que meten una profundidad mayor de la que parece en un principio (digamos que la nave mantiene la inercia).

Por lo demás y por rematar la panorámica al Sello Arcen™, no nos quedan más que buenas noticias. La labor de arte y todo el apartado visual lucen mucho mejor que en anteriores juegos, con unos preciosos concept arts ilustrando nuestros movimientos geopolíticos, y una interesante banda sonora (fiel al particular estilo, eso sí). The Last Federation es un juego que aunque trata de impedirlo cae en ese pozo del «nicho», y sin embargo nadie debería apenarse demasiado por ello. El universo del juego ofrece ingentes cantidades de contenido y un sistema muy vivo y natural, tanto que a veces relega al jugador a un punto de vista de observador mientras los rivales conjuran o la salud y el orden público caen fruto de una carambola. Un mundo cambiante y abierto en el que los Arcen Games se esfuerzan por guiarnos, sin afectar al equilibrio interno de un juego que puede tambalearse con la más certera de las justificaciones. The Last Federation es ya un gran juego, y me apuesto un pie a que mejorará aún más. A fin de cuentas, el duro trabajo post-lanzamiento y el cuidado a sus fans es otra de las perks del Sello Arcen™.

Acerca de Eduardo Garabito


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