02 de noviembre, 2013
Diario Del Desarrollador XLVI – Shadow of Ico (Cara B)

Ésta es la historia de un chico que quiso descender a los infiernos para recuperar a su amor perdido, sin importarle los monstruos que encontrase en el camino. De un muchacho maldito que trató de escapar de su destino y demostrar que cualquiera, sea cual sea su nacimiento, puede ser un héroe. Y de cómo los bardos, a partir de sus gestas, fueron capaces de crear mil y una canciones diferentes a lo largo de los años.

Cambiar a la Cara A

La mitología detrás

Los ídolos de piedra nos contemplan en Shadow of the Colossus, no sólo encarnados en esos inmensos enemigos contra los que nos lanzamos contra toda esperanza, aguijón en mano. Sus gigantescos osarios asoman aquí y allá, desvanecida su gloria pero no la fuerza de su presencia; el sueño de una razón perdida que no alcanzamos a entender. El tempus fugit se dibuja con una innegable fuerza en esos escenarios en los que se adivinan los restos de una civilización perdida, de la que no sabemos nada. No necesitamos diálogos, ni siquiera que nos cuenten el pasado en un conveniente libro o en la inscripción de una pared. No hace falta. Todo es mucho más sutil, y al mismo tiempo más contundente. Somos efímeros, nos dicen las ruinas. Somos diminutos. Somos insignificantes.

Rime – Tequila Works

La necesidad del otro

Y al mismo tiempo, qué duda cabe, somos los grandes héroes de la historia. Nos lanzamos a por el reto y lo hacemos en solitario. Las gestas épicas adquieren un valor todavía mayor cuando el héroe las acomete como un esfuerzo personal, sobrehumano. Pero en esa naturaleza cuasi divina se encuentra también la humana, y en ella, inevitablemente, la necesidad del otro. Siempre surge ese lado complementario, y la dualidad, la necesidad de apoyo en el otro es la manera que tiene Ueda de recordarnos que nunca estamos realmente solos, queramos o no, desde que nacemos hasta que alguien derrama una lágrima por nosotros en nuestro final. Wanda y Agro, Ico y Yorda, y los todavía desconocidos protagonistas de The Last Guardian.

The Girl and the Robot (Kickstarter)

Colosos

Tanto en Ico como en Shadow of the Colossus la vastedad del mundo, cuyos horizontes no alcanzamos a entrever, nos interroga y nos fascina, apelando a nuestro sentido de la maravilla. No es casualidad que el enigmático Giorgio de Chirico se identifique como uno de los referentes claros adoptados por Fumito Ueda. La sensación de sumergirnos en paisajes donde no necesitamos más que el silencio, los cascos de nuestro caballo o las sombras caprichosas en una pared indicándonos por dónde avanzar se vuelve, a veces, más interesante y absorbente que la búsqueda de nuestro objetivo.

Ultima Ratio Regum (blog de desarrollo)

Elegía por un Mundo Muerto

En la tierra prohibida, además, tenemos a un gigantesco ser por encima de los propios colosos, quien ha puesto la prueba frente a nosotros: Dormin. No es otro que Nimrod si lo leemos de atrás hacia adelante: el constructor de la torre de Babel, según nos cuenta uno de los muchos mitos en los que está presente. Es el símbolo por antonomasia de la soberbia humana, y en el fondo no es sino la soberbia, entremezclada con la desesperación, la que lleva a Wanda a creer que puede transgredir las fronteras de la misma muerte. Como tantos otros, probablemente, todos aquellos cuyos ecos aún resuenan en el templo vacío. Mil y una voces diferentes, mil y una historias distintas conforman el mundo de Shadow of the Colossus gracias a Dormin, en una eterna elegía por los desaparecidos y los sueños rotos.

Elegy for a Dead World (entrevista en Indie Games The Weblog)

El jardín prohibido

Por agridulce que sea el final de una historia, la recompensa siempre estará ahí de un modo u otro. Y qué mejor epílogo para una gesta que ese locus amoenus en el que descansar, otro elemento común a tantos relatos y tantas mitologías a lo largo de los siglos. El jardín prohibido o escondido de alguna manera, el paraíso en el que ansiamos refugiarnos, un bálsamo para las heridas del alma. El refugio en el que no podrán ya alcanzarnos las sombras y la pesadumbre. Concluida la búsqueda, el héroe se refugia en el regazo de la naturaleza y vuelve a hacerse pequeño, diminuto tal vez. Y el olvido, a veces, es el mejor regalo.

Toren (blog de desarrollo)

Cambiar a la Cara A

Acerca de Scullywen


Una especie de bundle friki con patas: videojuegos, rol, juegos de mesa con muchas piececitas de colores, ciencia ficción y fantasía a tutiplén, cómics, series de esas que no tienen audiencia y pueblan los sueños húmedos de Joss Whedon... También escribo cosas, y a veces lo hago con las manos. Y con un gato encima del teclado.

No hay comentarios