21 de febrero, 2013

Hotline Miami Official Soundtrack
Devolver Digital
2012
Banda sonora
Formato digital (gratis)
soundcloud.com/devolverdigital/sets/hotline-miami-official

Hotline Miami Official Soundtrack

En Drive, el filme de ese obseso por el impacto visual que es Nicolas Winding hay, en apariencia, poco más que un tipo, una tipa y muchos coches. Es la música, una banda sonora excelente que coquetea con la melancolía y la psicodelia sin pestañear, la encargada de definir el setting de la película: una Los Ángeles noir —aunque es más jaune que otra cosa— de unos cuantos claros y un buen puñado de oscuros.

Inspirarse en Drive es, entre muchos otros aciertos, una de las mejores decisiones que Dennaton Games pudo tomar a la hora de concebir Hotline Miami. Eres un dude random con un background random y tienes que matar a dudes de blanco random en antrazos chungos. No hay grandes sorpresas, solo tú y un arsenal de armas y herramientas de bricolaje de uso mal planteado. Un pelín como el driver interpretado por Ryan Gosling.

Pero Hotline Miami es, por encima de muchos conceptos de metajuego y referencias ocultas, un juego chapado a la antigua en el que tu única tarea como jugador es, en la mayoría de casos, matar a cada enemigo del nivel para obtener una puntuación. Es una mecánica simple, sin duda, pero es en esa tarea repetitiva de matar (y de morir) donde el juego juega bien la única carta que necesita para aumentar la presión sanguínea del jugador: la música.

Más allá del esfuerzo por contextualizar la acción, la música de Hotline Miami marca el ritmo de la acción de una manera en la que no se veía desde hacía años. Me vienen a la mente juegos como REZ (SEGA, 2001) o Jet Set Radio (Smilebit, 2000) donde la acción estaba muy influida por la música (quizá más en el primer ejemplo que en el segundo), pero Hotline Miami Official Soundtrack sitúa la música como complemento de la jugabilidad: se integra tan bien con la filosofía del juego que hacerlo en silencio debería ser considerado un delito.

Voy a coger por ejemplo «Decadence», el tercer capítulo del juego. El primer gran nivel, donde, haciendo un alarde de naming estupendo, Hotline Miami se marca un nivel de decadencia —a niveles más allá de lo simplemente gore— geniales. ¿Podéis concebirlo sin escuchar «Hydrogen» de M.O.O.N.? Lo dudo horrores. Es una fase donde realmente ves que el tándem bate de béisbol-sesos-música se mueve al unísono.

No puedo decir mucho de este M.O.O.N., un artista de música electrónica bostoniano de escasa (pero prometedora) trayectoria. No es el caso de Jasper Byrne, cuyo nombre ya os debería de sonar: es el máximo responsable de Lone Survivor, esa joyita —y uso diminutivos para enfatizar, no para atenuar— a la que os insto a jugar ya. Byrne contribuyó a la paranoia drogadicta de Miami con cuatro señores temazos, entre los que destaco «Hotline», que nos transporta directamente a un ambiente sucio. Sucio y podrido. Y que además huele a vino.

El Huervo, otro artista independiente y habitante de los hostiles páramos de Bandcamp, hace lo que mejor sabe el juego con tres temazos bien diferenciados entre sí, siendo «Daisuke», de sonido inequívocamente downtown americano, uno de los estandartes del juego. 90% bajo fondo, 100% chungo, en unos pocos compases.

Scattle, un hombre orquesta de manual. Y esto lo digo con el máximo respeto, que conste, ya que es meritorio reseñar que hay pocos palos que no haya tocado: desarrollo de videojuegos indie, DJ (con algunos remixes muy notables, si se me permite la apreciación), diseñador gráfico y compositor extraordinaire. Y esto no es un decir: cuatro temazos im-pres-cin-di-bles para Hotline Miami. Y aunque destacar uno se me hace MUY difícil, aquí el corazón dicta sentencia: tiene que ser «Knock Knock), el que da vida a mi nivel favorito del juego, Assault (el de la comisaría de policía, para más señas).

Sun Araw, el artista tejano anteriormente conocido como Cameron Stallones, es el encargado de las primeras canciones que escucharemos en el juego: la del menú principal y la de nuestro piso franco. Sin duda capta (y transmite) el feeling que Jonatan Söderström y Dennis Wedin, los autores del juego, querían. Distorsiones de guitarra surferas, un bajo incesante, una voz en la lejanía… Es como estar con una buena resaca tirado en la playa. Escuchad «Deep Cover» si no me creéis.

A Perturbator le debo la mejor escena de discoteca en videojuego alguno. En serio, deja a la de Max Payne 3 (Rockstar, 2012) a una altura preocupantemente discreta. Y es que es difícil que el tema «Miami Disco» no se nos quede pegadísimo en el hipotálamo mientras nos abrimos paso en la discoteca del capítulo «Push It». Paso a hostias, por supuesto.

Coconuts solo tiene un tema en la banda sonora… pero qué tema. Concretamente el de que adorna las demenciales conversaciones con los tres… ¿Hombres? con máscara de gallo, búho y caballo. ¿Son desconocidos o son las tres partes que forman nuestra demencia? Escalofriante y delirante a su manera, así es el tema «Silver Lights».

Para acabar, Elliott Berlin nos lleva de vuelta a la época dorada de los arcade en el capítulo «Fun & Games», con un temazo llamado «Musikk per automatikk». El juego cierra con un tema melancólico y enérgico de Eirik SuhrkeA New Morning»), compositor al que quizá conozcáis por su trabajo en Spelunky o Super Crate Box.

Como veis, fichajes que tienen todo que ver con los videojuegos, y también absolutamente nada. Una amalgama de sonidos diferentes unidos por un denominador común: generan un gusto preocupante por jugar a ser un asesino apático que destroza a la gente con lo primero que tiene a mano. Si aún no habéis jugado a Hotline Miami, peor aún, si aún no lo habéis escuchado, yo ya no sé cómo convenceros (sin violencia).

Acerca de Xabi


Eterno post-adolescente al que se le pasó la tontería del J-RPG hace tiempo. Mi lema es «Si no lo has probado, ¿Cómo sabes que está malo?». Sí, lo puedes sacar de contexto. Háblame de Castlevania, me sacarás una sonrisa. Suelo trastear por Xenogames.

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