23 de abril, 2015

Especial Failbetter Games
Artículo indiespensable
Indiespensable

Sunless Sea
Failbetter Games
2015
Exploración naval
digital
www.failbettergames.com/sunless/

Sunless Sea

Explora. Batalla. Pierde la cordura. Cómete a tu tripulación. En un principio pueda parecer el típico eslogan publicitario, de esos excesivos, donde se espera que el morbo lleve al potencial consumidor a sentirse atraído por lo tabú. Pero una vez que tienes experiencia como capitán, de esa experiencia que se pega al alma como un poso pegajoso y oscuro, llega un momento durante la travesía por ese océano cavernoso donde no existe la luz del sol, en el que, inevitablemente, lo haces. Ya sea por una u otra razón, hambre, locura, o sencillamente porque te han dado a comer algo delicioso y juras y perjuras que no sabes lo que es, a pesar de que sigas teniendo pesadillas por las noches; una vez que lo pruebas, no puedes dejar de pensar que a pesar de todo… te gusta.

En el momento en que levas anclas y dejas atrás las familiares y brumosas luces de Fallen London para adentrarte en Sunless Sea, estás ahí fuera, completamente sólo en la oscuridad. No exactamente, te acompañan un hurón comatoso y puede que algún oficial de dudosa reputación, posiblemente heredado del anterior capitán; pero aún así… La mer es insondable y se está muy sólo ahí fuera. Entonces, aún cuando llega el momento en que tienes cinco oficiales a bordo y hace tiempo que cambiaste el hurón apático por uno al que cada vez que le vas a dar de comer te amenaza con arrancarte el brazo de un bocado, sigues sintiéndote en soledad. La soledad del capitán la llaman. Eres tu quien está a los mandos del timón, quien gira el barco barriendo la oscuridad insondable, quien lanza al merciélago en busca de nuevas islas y puertos para explorar. Serás tú, cuando no quede absolutamente nadie en cubierta, quien deba de afrontar el destino final, mirar cara a cara al ojo de la locura, la cara demacrada del hambre, o a los tentáculos que preceden a las fauces abisales.

El barco rompe las olas con el ritmo lento del motor y se avanza de forma tranquila pero inexorable, arrullado por la música del misterio, o la nostalgia de la melodía del retorno a casa. Es un juego que pide que te sumerjas en su ritmo, que bebas de su estilo, que te relajes y disfrutes. Salvo que no puedes relajarte. El combustible se gasta a una velocidad vertiginosa de forma que te verás apagando los motores segundos antes de llegar a puerto para ahorrar una ínfima parte del combustible. Esa técnica puede salvarte la vida en el futuro. Jamás sobrealimentarás la caldera pues quemarás combustible a una velocidad aún mayor y hay amplias probabilidades de que la caldera explote. Y eso sin hablar de cuando apagas la luz de tu faro: a posta te sumes en la oscuridad para evitar llamar la atención más de la cuenta, no se sabe qué criaturas pueden estar observando. Bueno sí, arriba rondan los piratas y los megalópodos aureales, o los medupeces, ¡guárdate de los medupeces! Y vete tu a saber que cosas te estén observando desde las profundidades… Y todo esto mientras el terror y el hambre de la tripulación aumentan sin parar.

No son cosas que me preocupen, el hambre se puede saciar, como hemos visto, de una forma u otra, y el terror y la locura… bueno, pueden ser mortales, pero ¡por el gran salino!, es tremendamente divertido. En Sunless Sea caer presa de la locura o de las pesadillas es una experiencia memorable más. Y a veces no queda más remedio que abrazar los lados más extremos del alma humana, y de paso, pasarlo teta en el proceso. Me preocupa más mis finanzas, calcular bien la ruta para tener recursos suficientes para la vuelta. Volver a casa con mercancía suficiente para mal navegar una noche más. Esa parte de la estrategia es vital, una vuelta a casa sin recursos de ningún tipo es un fracaso asegurado, un final de partida previo a salir una última vez a la mer para sumirte en la oscuridad absoluta; o esperar que un golpe de la fortuna cambie ese destino cierto. Una esperanza vana pues los dioses de la mer nos son del tipo misericordioso.

El universo de Sunless Sea es un universo terrorífico en una época victoriana repleto de horrores lovecraftianos. Una fantasía oscura donde también hay sitio para el humor (de igual oscuro color) y se hace especial hincapié en la degradación del alma a distintos niveles. Los seres que conforman este universo de alguna u otra manera están mutando o han mutado ya bajo el influjo de la vida subterránea; y eso les ha hecho evolucionar de formas sorprendentes y fascinantes. Cada isla es una república de propia locura y naturaleza diferente a la anterior. Y es por esto que dejarse llevar por una u otra clase de infortunio es rematadamente divertido.

Para navegar por Sunless Sea se requiere una actitud paciente, la capacidad de jugar y disfrutar del ambiente y ritmo que Failbetter ha creado con tanto mimo. Es un juego que requiere de leer y leer mucho, en inglés: «por si mismo tiene unas 250,000 palabras de historias adicionales. Y no vamos a parar ahí.» decían los desarrolladores. Y no mienten. Por otro lado no es un juego para jugadores que les guste la ortodoxia, que les gusten las etiquetas y la fidelidad a estas. Sunless Sea es un «Elite/roguelike/rpg/narrativo/simulador de navegación», y como tal no es fiel a cada una de esas etiquetas. Si esperas un universo sin límites generado proceduralmente, o suficiente variedad aleatoria para que posteriores partidas no se haga inevitablemente repetitivas, lo siento, todas esas islas están creadas a mano, dentro de cada una de ellas te espera la misma historia una y otra vez (bueno, gracias a la parte de Ficción Interactiva marca de la casa, podrás abordar tu aproximación a estas con cierta libertad). Si esperas un sistema económico de comercio e intercambio robusto a lo Elite, lo siento, no está mal, pero no satisfará a los comerciantes natos. Sunless Sea es toda y cada una de esas etiquetas pero a la par no es ninguna de ellas al completo. Por tanto es un juego que debe de ser disfrutado en su totalidad no con las expectativas subjetivas de cada una de sus partes.

Sunless Sea es un juego esencial, no existe nada parecido en estos momentos en el mercado indie o triple A. Y si buscamos alguna referencia en el pasado, hay que viajar a la era de los 8 bits para obtener algunas que nunca terminan de encajar. Sunless Sea no es para todo el mundo, pero precisamente por eso es el juego para los que estamos cansados de «lo de siempre», para los que buscan un soplo de aire fresco, para los que aún les queda esperanza en encontrar «algo nuevo». Y en ese aspecto, si te sumerges en sus aguas, ten por seguro que lo vas a encontrar, aunque al final te guste, o no, el sabor de la carne humana. Porque ya sabes, al igual que su sabor, Sunless Sea es único.

Acerca de Ruber Eaglenest


Es diseñador de videojuegos, co-fundador de la compañía familiar Wingless Little People. Editor de Indie-o-rama, crítico, escritor, y entrevistador, además es autor de Ficción Interactiva (o Aventuras Conversacionales) y teórico del medio, donde es conocido como El Clérigo Urbatain. En sus ratos libres es arqueólogo de mundos video-lúdicos virtuales.

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