ARCHIVO DE ARTÍCULOS
No diga vicio al videojuego de móvil, llámelo «feedback loop»

abril 28, 2014

«No, yo con los videojuegos de móviles me relajo un montón». Si alguien te dice eso, no es de fiar. Y seguro que no soy el único en pensarlo. El caso es que no no logro de desengancharme de juegos indie (y no tan indie) de los móviles. Pero de los de partidita rapida. Aunque lo de videojuego en el móvil a mi me suena a esperar mientras esperas a un colega, en el bus, o estás teniendo una conversación filosófica con Roca en el baño. ¿En serio, ninguno de vosotros ha querido estampar el móvil contra la pared al no hacerse unas décimas más para superar su propio récord en Super Hexagon? ¿No tuvimos suficiente con lo de Flappy Bird? ¿Hartos de cortar cuerdas en Cut The Rope? ¿¡Que no existen más combos en el Punch Quest!? ¿Cuántas preguntas he hecho? No sé, llamadme loco. Ampliar artículo

6×6 — Minimalismo

junio 21, 2013

Sucede en los videojuegos que, a pesar del incesante cambio y el instinto depredador de la industria, fueron los jugadores de la Generación X los encargados de establecer las bases del ocio digital, y con ella, la configuración del videojuego en su más amplio sentido. Actualmente, la gran mayoría de los consumidores de videojuegos, cuyo paso del tiempo ya ha saltado al menos una generación —la denominada Generación Y—, y en especial con el movimiento independiente, hemos querido volver a la más clásica y pura de las ideas, el videojuego como concepto minimalista.

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DannyB, a caballo entre el chiptune y la sinfonía

enero 10, 2013

Qué malo es eso de juzgar prematuramente. Arizona, el estado norteamericano del que es hijo el hombre de este artículo, podría ser a ojos de un ignorante un pedazo de erial rocoso, sinsorgo y deprimente, de costumbres rednecks y comida basura. Podría, pero fíjate tú que no, no lo es. Tiene uno de los lugares más impresionantes del planeta, El Gran Cañón del Colorado. La variedad de etnias convierte a su capital, Phoenix, en un pequeño paraíso cosmopolita. Y suyos son algunos auténticos manjares de cocina de frontera: lo más picante de México, lo más cerdo de América (pero para bien).
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