10 de septiembre, 2013

Especial PAX Prime 2013
Artículo indiespensable
Indiespensable
Especial PAX Prime 2013 — The Wolf Among Us, la fábula de Telltale Games

Hay pocas cosas más desagradables que una mala adaptación de una obra. Sí, sin rodeos. No vamos a entrar en la tierra de nadie de las ambigüedades: si se escoge una historia para llevarla a otro formato es porque hay un mínimo interés en lo que ofrece de por sí, en lo que nos cuenta de fondo. Pura y sencilla metafísica: el formato y la forma pueden cambiar, pero no el espíritu. Esto suena a perogrullada, pero podríamos poner mil y un ejemplos de lo contrario: adaptaciones que se valen de una imagen comercial o de una fachada para construir un relato totalmente alejado en esencia, perdiendo de inmediato su razón de ser. Sabemos que no siempre es sencillo evitar esto, y por ello el esfuerzo de Telltale Games y su maestría en este campo resultan doblemente admirables.

El hálito insuflado por Robert Kirkman en su The Walking Dead, esa historia de desesperanza donde los zombies son poco menos que atrezzo, se transmite tal cual en el videojuego episódico de Telltale Games donde todo se construye en perfecta sincronía con el cómic: desde el ritmo interno hasta la cadencia de los diálogos, desde la concatenación de escenas hasta la música. Telltale Games ha decidido seguir explorando el mundo de las viñetas desde esta perspectiva y su siguiente elección, el Fables de Bill Willingham, demuestra que busca algo más allá del mero aprovechamiento de licencias de éxito. No es una historia cualquiera ni tiene un trasfondo sencillo, más allá de su aparentemente simple planteamiento, y podría haber perdido mucho en el proceso, pero las primeras imágenes de The Wolf Among Us dan a entender justo lo contrario. Parece que han vuelto a hacer justicia, para deleite de propios y extraños.

Hemos visto poco hasta ahora: un tráiler de apenas un minuto y las impresiones (entusiastas) de quienes jugaron la demo en la PAX Prime 2013 de Seattle, de unos 10-15 minutos de duración. Suficiente para darnos cuenta de que no sólo nos encontramos ante un digno sucesor de The Walking Dead sino también ante una adaptación bien entendida, perfectamente integrada en continuidad y en espíritu con su raíz.

De la supervivencia a la integración

Lee Everett y su variopinto grupo se encuentran de lleno en un mundo extraño, donde la vida y la muerte invierten sus papeles, y la trama que nos presenta The Walking Dead es una historia de supervivencia. No sólo frente al entorno hostil; es la supervivencia frente a los instintos primitivos, fuera de ese perímetro de confort de lo socialmente aceptado. Y finalmente nos queda una sensación agridulce, de medias victorias y derrotas que se asimilan y digieren poco a poco, dando lugar a una metamorfosis de la que nadie escapa. The Walking Dead es un título maravilloso, pero a la vez se sustenta en esa inexplicable belleza de la tristeza.

En Fables, y por añadidura en The Wolf Among Us, lo que vemos es el paso inmediatamente posterior, la evolución natural de la supervivencia. La integración. El mundo creado por Bill Willingham se basa en la existencia de las fábulas, personajes de cuento que viven en una dimensión fantástica y que adquieren su fuerza y su poder precisamente a causa de su presencia en nuestro imaginario popular. Pero ni siquiera los mundos de fantasía están a salvo de las ambiciones y el ansia de poder; en una clara correlación con nuestro universo, la escalada de poder del temido Adversario obliga a gran parte de las fábulas a huir de su mundo y convertirse en refugiados dentro del nuestro. Camuflados con nuestro aspecto fundan la comunidad de Fabletown, donde aspiran a vivir en paz y al mismo tiempo van fraguando la idea del regreso, algún día, a su tierra natal.

No sólo las fábulas deben integrarse en un mundo que les es ajeno, con reglas muy diferentes (¿dónde demonios está la magia que les servía de sustento en estas ciudades de humo y asfalto?). También nosotros, como lectores, pasamos por un necesario período de adaptación nada más abrir el primer número del cómic (publicado en 2002, en Estados Unidos, por DC en su línea Vertigo). Los personajes que nos rodean son tan conocidos como Blancanieves, el Príncipe Encantador, Pinocho o Jack el de las judías mágicas… pero no hay ni rastro de la inocencia infantil con que los visualizamos en nuestra mente. El Príncipe Encantador es un mujeriego que ha pasado por tres divorcios (la citada Blancanieves, Cenicienta y la Bella Durmiente); Pinocho es un niño de madera, pero no nos olvidemos que en realidad ha vivido cientos de años, así que tiene que lidiar con una mente calenturienta y un cuerpo que no responde a sus deseos sexuales… Y así hasta darnos cuenta de que la marca distintiva de Fables es un sentido del humor sarcástico mezclado con una voluntad de extrañamiento; una poderosa y divertida actualización de los cuentos que ya desearía para sí la mediocre Once Upon A Time (serie de la ABC que, según se rumorea, surgió tras una fallida negociación para adaptar la obra de Bill Willingham).

El instinto bajo la piel

Aunque hay todo un crisol de habitantes de lo más variopinto en Fabletown, el peso de la historia recae desde el primer momento en Bigby Wolf. No es un nombre que juegue al despiste: se trata, como no podía ser de otro modo, del Lobo Feroz, reconvertido en sheriff de la comunidad. Un personaje que podría fácilmente compartir viñeta con el Blacksad de Guarnido y Canales con su estética de detective noir: gabardina, mirada circunspecta y cigarro eterno apretado entre los dientes. Conocemos a Bigby en torno a la investigación de un asesinato, que sirve a su vez para presentarnos la sinergia y las relaciones de Fabletown y al resto de personajes de peso, entre ellos la alcaldesa Blancanieves.

The Wolf Among Us, según nos ha enseñado su demo, sigue esa línea inicial de novela negra y nos sitúa en la piel del Bigby sheriff unos años antes del comienzo del cómic, por lo que resulta muy entrañable verlo así de nuevo para quienes hemos seguido su trayectoria en todos estos años. La introducción del juego no podría ser más oportuna: el primer enemigo al que tiene que enfrentarse (que no aparece en el cómic) es el Leñador, el mismo de la historia de Caperucita Roja. Es una excelente manera de presentar al personaje sin muchos rodeos, situándolo con acierto en ese doble contexto fantástico-real.

Pero hay más. No es tan sencillo para Bigby convivir con el resto de fábulas o mantener la autoridad necesaria para realizar su labor. Y es que, en el mundo del que provienen, su rol era bastante distinto. Era el temible Lobo Feroz, el azote de los cuentos. Un carnicero que guarda todavía la sangre encostrada de sus víctimas bajo las uñas, imposible de limpiar del todo. No todos están de acuerdo con que ahora, tras ser perdonado por sus crímenes, se haya convertido en el garante de su seguridad. No todos están tan seguros de que sea capaz de reprimir el pálpito de sus instintos ante el olor del miedo, o el deseo de saltar sobre sus presas…

La historia de Bigby es una historia de redención; una redención que se verá obligado a probar constantemente ante el rechazo y el descrédito de muchos de sus vecinos. Es distinto a lo que vimos en Lee Everett, en quien nunca advertimos esa voluntad de limpiar su pasado como asesino. El propio Lee no estaba interesado en justificarse ni en redimirse; todo lo que hace, su manera de cuidar a Clementine, lo hace como ser humano, sin más. No nos olvidemos, como decíamos antes, que las barreras sociales se han difuminado en The Walking Dead. No hay nada que probar, nada que defender o expiar. En el caso de The Wolf Among Us es justamente al revés: las fábulas se insertan voluntariamente en los límites de una sociedad muy diferente a la suya, con normas tanto intrínsecas como extrínsecas que deben aprender a conciliar. En medio de todo ello, Bigby se centra en esa labor de preservar el orden, guiado por su lealtad a quienes confían en él… intentando con todas sus fuerzas no dar la razón a los que opinan que algunas cosas son inmutables, por mucho que la gabardina raída sustituya al pelaje gris.

Aquí tenemos el conflicto interno, y no hay que ser un genio para darse cuenta de lo versátil que puede resultar tras pasar por las manos de artista de Telltale Games. Si en The Walking Dead los auténticos protagonistas terminaban siendo nuestros remordimientos, que nos forzaban hasta el límite y nos perseguían con más ahínco que los mismos zombies, parece claro que en The Wolf Among Us veremos algo muy similar. La mecánica es prácticamente idéntica: una constante toma de decisiones que marcarán el transcurso de la historia. Y si el retrato de Bigby y Fabletown es tan acertado como parece a simple vista, probablemente nos encontremos en este título un más difícil todavía, un salto mortal y una caída de pie, para nuestro gozo.

Toda la obra de Willingham es un juego de espejos, de realidades invertidas o magnificadas; de sombras que no son tales y luces que hay que descubrir en el fondo de pozos. Los lectores del cómic hemos disfrutado de este tapiz meticulosamente tejido durante años, y la posibilidad de poder interactuar y sumergirnos en él ahora de una manera mucho más intensa es realmente prometedora. Que no tarde el lobo en caminar entre nosotros.

Acerca de Scullywen


Una especie de bundle friki con patas: videojuegos, rol, juegos de mesa con muchas piececitas de colores, ciencia ficción y fantasía a tutiplén, cómics, series de esas que no tienen audiencia y pueblan los sueños húmedos de Joss Whedon... También escribo cosas, y a veces lo hago con las manos. Y con un gato encima del teclado.

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