La quinta edición del hóPLAY ya está aquí, y el festival internacional de juegos independientes se sigue abriendo paso en el cada vez más poblado panorama de eventos del videojuego español. Plural a rabiar, el hóPLAY celebra el videojuego vasco abriendo las puertas de Bilbao a la escena independiente nacional e internacional. Y en esta ocasión, viejos conocidos de esta casa formarán parte de los candidatos a los premios a mejor Idea, Gráficos, Jugabilidad o Sonido, dotados de generosas compensaciones económicas (y del honor de ser premiado, que nunca está de más).
Por poner unos ejemplos volveremos a ver el platformer rítmico que preparan los colegas franceses de Seaven Studios, Inside My Radio; también estarán el precioso Transistor que emocionó a Kyuni, el más que cuco Day of The Viking de Vorax Studios, el Hassleheart de SantaClara Games o el mágico rompededos que es OlliOlli. No faltarán tampoco el Ziggurat de Milkstone Studios (click para saber lo que posiblemente se estén perdiendo) ni nuestros aventureros Dead Synchronicity y The Last Door. AHÍ ES NADA. Para más señas, aquí queda la lista de finalistas completa.
Como cabe esperar, el jolgorio no se extiende únicamente hasta los desarrolladores. Por el precio de cero cafés y cero billetes de lotería pueden acompañar a todos los nominados en la sección oficial y la gala de entrega de premios, que tendrán lugar el 27 y 28 de Noviembre en AlhóndigaBilbao, y que no requiere más que pedir invitación aquí. Además de ir a parar con un montón de increíbles desarrolladores, también hay una serie de conferencias cuyas temáticas van desde el desarrollo móvil, a talleres de Oculus Rift. Así pues extendemos la invitación para que se unan a la fiesta, máxime cuando en indie-o-rama también tenemos nuestro pequeño papel. De hecho tengo el honor de compartir deliberaciones, mesado de barba y partidas indies como parte del jurado de esta edición, conformado también por Jose María Martínez “Hafo”, la artista Raquel Meyers y el titán de Jose María Villalobos. Así las cosas como para no morirse de ganas, ¿eh? Pues eso, que nos vemos allí.
